Cuando llegamos lo primero que nos impresiona el es carballo centenario que preside la plaza.
Y también el Pazo de Cereixo, que no se puede visitar porque es de propiedad privada.
Al lado del pazo econtramos la Iglesia Románica de Santiago de Cereixo.
Comenzamos el paseo desde la plaza hacia el río. Es un paseo perfectamente acondicionado, se hace en unos diez minutos y termina en un precioso molino al lado de la ría.
Es un precioso y traquilo lugar para pasear y os sorprenderá.
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