Una buena opción para una
aburrida tarde de domingo es hacer un paseo por tierras de Malpica y
Puenteceso.
Empezaríamos dando un paseo por
el Puerto de Malpica, que al igual que otros muchos puertos de la Costa da
Morte no nos va a sorprender por su tamaño, pero sí resulta ideal para pasear y
contemplar unas preciosas vistas pesqueras.
Los domingos por la tarde con
buen tiempo el pueblo de Malpica es un buen lugar para tomarse unas cañitas con
vistas o disfrutar de un buen paseo con niños. El pueblo ofrece variedad de
lugares de ocio donde poder tomar algo, aunque en verano suele estar demasiado
saturado para mi gusto.
Una vez hecho el paseo por el
pueblo, continuamos en coche hacia la Capilla de San Adrián. La carretera está
bastante bien aunque no es muy ancha y las vistas que nos ofrece el trayecto
merecen la pena.
El lugar nos ofrece unas vistas
preciosas y distintas del pueblo de Malpica y del Faro de San Adrián.
Si cogemos la carretera hacia
Puenteceso, podemos ver la casa natal de Eduardo Pondal a orillas del Anllóns,
construida en 1820 por su padre con los ahorros de la emigración a Argentina.
Aquí Eduardo Pondal abandonaría la medicina para dedicarse a la poesía y alabar
a través de sus versos muchos rincones de la Comarca de Bergantiños y dejar para
la historia la letra del Himno Gallego.
En mi recorrido no disponíamos de
mucho tiempo, ya que hicimos la ruta por la mañana antes de comer y el paseo
finalizó en la Praia de Pendón, en Cabana de Bergantiños, otra playa con
preciosas vistas y frías aguas.
Este paseo lo compartí con
alguien que había pasado por mi vida hace treinta y siete años y que apenas me
había dejado recuerdos; pero tuvo la osadía de vencer la distancia y volver
para convertir los momentos vividos en recuerdos y afectos inolvidables.