En este blog ya he dedicado un
post a uno de mis lugares preferidos (el Monte Pindo y el Mirador del Ézaro),
en este caso el post de hoy va sobre la Cascada del Ézaro.
A pesar de recorrer la zona del
Ézaro en multitud de ocasiones, nunca había visto la cascada en todo su esplendor
y en pleno atardecer un día frío de invierno.
Después del horrible incendio
que arrasó el Monte Pindo el pasado
verano, he comprobado que la zona sigue teniendo su encanto; aunque las rocas
han perdido su esencia de puro granito para tomar un color marrón que
entristece un poco el lugar y le da cierto aire melancólico.
Tengo que reconocer que prefiero
este lugar en verano ya que el color del agua es mucho más bonito y las vistas son
mucho más alegres. Pero sea invierno, verano u otoño este sitio nunca pierde su
encanto; y con lo que ha llovido esta temporada, la cascada está en todo su
esplendor, así que tanto si ya la habéis visitado como si no, os recomiendo que
lo hagáis porque seguro no os va a decepcionar.
Aquí os dejo unas fotitos para
que podáis ver la diferencia.
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